Existen gran variedad de estudios que nos muestran la diversidad funcional
como un colectivo de personas que claramente realizan menos actividad física
que la media. Esto provoca, no sólo que tengan un nivel inferior en lo
relacionado a aspectos físicos (habilidades, cualidades y capacidades), sino
que esto conlleva una dificultad de adquisición de otras habilidades de un
carácter más social y relacional, además de no recibir los beneficios en la salud
derivados de la práctica física. Gracias a esto, creemos firmemente en la
actividad física, por sus características intrínsecas, como la herramienta
perfecta para poder trabajar la gran mayoría de nuestros objetivos. Para Ríos
(2007), la Educación Física “facilita la socialización, autonomía personal, los
aprendizajes instrumentales básicos, mejora las capacidades cognitivas,
comunicativas, expresivas, lúdicas y motrices”.
La metodología usada es progresiva, mediante la realización de actividades
analíticas simples y su asociación y unión, vamos creando actividades
globales más complejas y de mayor requerimiento tanto cognitivo como motriz.
1- Circuitos de habilidades motrices básicas.
2- Tareas y juegos de cooperación.
3- Tareas y juegos individuales.
4- Bailes.
5- Trabajo individualizado.